No reflejan la luz del sol tampoco
pero irradian su propia luz de adentro
Y en el albor parecen en reposo
o muertos cuyas tumbas son sus cuerpos....

domingo, 30 de marzo de 2014

Crítica a "En una estación del metro"


En una estación del metro,  podemos encontrarlo en el libro Versos robados que se publicó en 1995, en donde Hahn nuevamente demuestra su capacidad literaria y su estilo apocalíptico, romántico y psicoanalítico.  En este caso, una escena cotidiana,  distinta a este carácter recurrente en el poeta, presenta un espacio más simple, común y aterrizado, pero no por ello superficial. No deja de tener un fondo melancólico, tratando un tema habitual en Oscar Hahn y en casi toda la literatura global: el amor, que aunque efímero se interna en la profundidad de nuestra persona y transforma de manera tangible. En un espacio tan cotidiano, tan urbano y rutinario como lo es el metro, este sucede e irrumpe de manera genuina, pero inútil y angustioso, ya que es solo un vistazo de una realidad que no puede ocurrir.
Es un poema de versos pareados, simple, pausado, estético, que describe una escena tal como lo haría un cortometraje. Si bien al parecer, comparte una realidad que ocurre en más de una ocasión (menciona a "los desventurados"), desarrolla una perspectiva romántica y dramática dentro de la monotonía de las dinámicas en la ciudad,  otorgando una ilusión a los aludidos, para luego arrancársela de golpe.

Pero en este breve escrito, escapando de la situación en específico, Oscar Hahn pronuncia una condena:  "Y quizás el amor no es más que eso: una mujer y un hombre que desciende de un carro en cualquier estación del Metro y resplandece unos segundos y se pierde en la noche sin nombre.", con la que nos acerca a una perspectiva triste y desalentada del amor y de la vida, enunciando la transitoriedad de las cosas. Y es que el escenario y los personajes funcionan como una analogía, sobre lo que significa nuestro paso por el mundo, en donde uno como humano mortal, toma un tren en direcciones varias, pero que se resume en un solo camino. En este andar, van haciendo aparición distintos personajes, que tienen su propio e individual camino, y que por mucho que se crucen y se unan en algún punto, es inevitable la separación, ya que los momentos son fugaces y las relaciones también.

La duda que luego sigue es: ¿en todos los casos los caminos se separan? ¿es posible romper con las limitaciones de nuestros túneles para compartir un mismo destino?
Se escucha entonces un susurro que nos comenta desde la oscuridad de los versos: estamos solos. Por mucho que uno comparta la vida con la gente, solo existimos en individualidad

Melancolía, pero aceptación: la vida como es, por mucho que aparezcan ilusiones, debemos comprender la fragilidad de cada situación,  ya que está hecha de momentos en los que pasa con fugacidad algo que nos despierta y nos otorga un sentido.  Triste poema que refiere a una situación humana, nos concientiza de nuestra propia ilusión de encuentro en una estación de Metro. Y que en un lenguaje y imagen común, se hace entendible a todo lector, que por muy poco que esté interesado en la poesía, podrá gozar de una escena sutil, atractiva y profunda.

2 comentarios:

  1. Me hizo volver a pensar sobre la poesía de verdad, puesto esto hace esa poesía, que ella sea como la verdad que no queremos oír pero es inevitable. Gracias

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